Después de su derrumbe electoral, no cabe duda de que corren tiempos difíciles pero a la vez apasionante en el Partido Socialista
Está claro que la mala gestión económica, y la falta de claridad en la explicación de las medidas adoptadas ha sido un lastre imposible de superar que la ha hecho perder el 40% de sus votantes.

Rubalcaba a tratado de cambiar esa imagen en la campaña con otro tipo de propuestas, pero lo que nos se ha hecho en años de gobierno no se puede resolver en un par de mese de campaña electoral.

Y abrir un debate de verdad, no supone debatir dos días en un congreso, donde las principales negociaciones se basan en los nombres y no en las ideas. Se ha de abrir a la sociedad, a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes que representan el futuro. Y esto no se puede hacer en dos/tres meses. A de ser un proceso largo, abierto, participativo, y constitutivo de una nueva forma de hacer política que reclamas los ciudadanos.
Desgraciadamente, se vuelve a sentir que el debate comienza por el de las personas, cuando el primer objetivo debería ser abrir el de las ideas. Las personas, los nombres deben de pasar a un segundo plano y mostrar que las ideas son la principal riqueza del partido.
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