Algo no se está haciendo bien en el Socialismo español.

Sigo con interés los movimientos que se están produciendo en el Psoe durante las últimas semanas, y si ben parecía que las dos debacles electorales, por lo menos, servirían para hacer una verdadera catarsis en el proyecto socialista y comenzar un proyecto nuevo, propio de los nuevos tiempos en los que vivimos.

Sin embargo, y según van pasando los días, se van cobrando de razones aquellos que apostaban por un proceso diferente, por aplazar el congreso, y abrir un verdadero debate de ideas, de proyectos, y de nuevas formas de articular la socialdemocracia.

En este momento, la ciudadanía, a la que debería ir dirigido el mensaje, y gran parte de la militancia observan el cara a cara entre dos personas dispuestas a enfrentarse a la dura tarea de reconducir al partido socialista.

¿Era esto lo que se esperaba? Por mi parte está claro que no. Una nueva forma de organización política, más abierta, más social, podría haber comenzado a gestarse. Sin embargo, y de momento, una carrera por la Secretaría General es lo único que se vislumbra.

Si realmente quiere el Partido Socialista volver a ser el referente en este país tiene que empezar a cambiar en si mismo. Si repasamos algunas conversaciones que se pueden dar en internet propiciadas por algunos miembros del partido buscando otras formas de debate, detectaremos que algunos de los miembros del actual aparato del partido no están dispuestos "a jugarse las castañas" ante la ciudadanía, y esto es muy preocupante.

Carrillo, y se ha resaltado en muchos medios, decía que él si fuese militante apostaría por Chacón, pero también añadió una reflexión que no se ha publicado. Cree que si el Secretario General fuese elegido por os militantes Carme Chacón sería la elegida, pero que al ser elegido por los delegados, el aparato más cercano a Rubalcaba logrará el triunfo.

Ambos candidatos pueden ser capaces de definir una nueva forma de socialdemocracia del siglo XXI, pero de momento no han empezado bian.