Tengo que reconocerlo, hay algo que no me encaja. La gran patronal está tremendamente satisfecha con la reforma laboral, está hecha a su media, por y para sus intereses. Las grandes empresas utilizarán a sus trabajadores como meros recursos, como unos activos a utilizar y a despedir a la medida del beneficio del capital.
Pero, ¿cómo entender la alegría de pequeños empresarios y autónomos ante esta reforma?
El trabajador en estas empresas es algo más que un recurso, son parte de las mismas, no son un número entre los muchos que hacen lo mismo. Para que la pequeña empresa funcione tiene que tener todos sus recursos, incluidos los humanos, alineados con el proyecto, y esto no va a ser así con las actuales reglas del juego.
Bajan las condiciones laborales, es mucho más fácil despedir (como si no lo fuera hasta ahora) con lo que la relación empresa-trabajador se tambalea. Si la empresa considera a sus trabajadores con activos temporales, los trabajadores pasarán a considerar a las empresa como una estación de paso a la que cada día menos le une, y su objetivo se convertirá en buscar la siguiente estación.
Esta relación rota entre empresa y trabajadores afectará a la productividad del conjunto que es la que debe de empujar los proyectos empresariales.
Si alguien tiene el placer de contarme las ventajas de esto, por favor, que lo haga.
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