La ultraderecha está invadiendo esta sociedad.

Poco a poco y sin hacer mucho ruido, al albor de esta profunda crisis, la ultraderecha más radical escondida dentro de la apariencia centrista y moderada que quiere dar el Partido Popular, se ha colado en esta sociedad con una fuerza mucho mayor de lo que pudiera parecer.

Imágenes como las de ayer en Valencia, donde recuerden los que quieren echarle toda la culpa a Zapatero, gobierna el PP desde hace muchos años, generadas a partir de una simple protesta por el corte de la calefacción de un instituto, son un punto más de esta escalada que se va repitiendo en muchos rincones de España.

Medios de Comunicación

No seré yo quien discuta la libertad de expresión, pero la desvergüenza de hechos como la portada de ayer lunes 20 de La Razón o tertulias de los más "alucinantes" de canales como Intereconomía o 13 Tv, hacen pensar que algo está muy podrido en esta sociedad.

Debemos respetar todas las opiniones, pero las mentiras, los insultos, las falacias, no deberían de formar parte del cuaderno de un periodista.

Justicia

Está claro, y hasta profesionales de tema lo han reconocido, que la justicia no es igual para todos, casos com Gürtel, Camps, Garzón, Urdangarín, Matas, etc., muestran día a día que se nos hace muy difícil confiar en esta justicia.

Gobierno

En solo dos meses, e incumpliendo su programa electoral, el Gobierno de Mariano Rajoy, se ha dedicado a la creación de una seria de leyes que hacen volver a muchos años atrás el modelo de sociedad del  que disponíamos.

Ayer oía en la Cadena Ser a un tertuliano, que defendía las tesis del gobierno, echando la culpa del paro actual, a las condiciones de los trabajadores, es decir, más derechos igual a más paro.de bancos, especuladores, etc, no hablamos que parece que son quienes sufren más.

Pero lo que más me ha espantado de toda esta situación es escuchar a pequeños empresarios, a autónomos defender medidas como la Reforma Laboral porque les permitirá hacer nuevas contrataciones. Grave error, no se necesitan trabajadores baratos  y de fácil despido, se necesitan trabajadores cualificados, productivos, que generen valor a la empresa, y tiene un costo claro, pero a la larga un beneficio muy superior al del trabajador mal pagado, desganado, desilusionado y que cambia de puesto de trabajo cada varios meses intentando encontrar algo mejor.

¿Y ahora qué?

Yo creo poco en la manifestaciones y en las huelgas, las hechos hecho por tantas cosas que ya parecen rutinarias.

En esta también se deberá innovar, y buscar fórmulas que permitan a los ciudadanos expresar sus desacuerdos de otra manera, ¿cuál? No lo se, pero la red ha de ser una de ellas, debemos de buscar la forma de canalizar todo nuestro descontento de manera clara y civilizada.

Esa será la gran victoria de los ciudadanos, sino seremos como Grecia, aunque a La Razón no le guste.